A raíz del segundo triunfo de George W. Bush escribí unas reflexiones y las envié al diario La Prensa. No sé las razones que incidieron para no publicarla como habían hecho con otras. Hace ya casi cuatro años de eso y quise ponerla en este blogs como una manera de hacer notar lo rápido que pasa el tiempo por algunos conceptos emitidos acá.
George Bush ha vencido
George Bush ha vencido. Recibió los votos necesarios para reelegirse como presidente de los Estados Unidos de América por cuatro años más. La "Nueva Moral" de la arrogancia, el irrespeto y la mentira han triunfado. Se impuso como producto soso cuya etiqueta promueve la mejor inversión del momento para acallar los males de la humanidad.
Los económicamente poderosos se impusieron, engañando a los más pobres, negociando con sus vidas, su conciencia y su propio presupuesto ante una poderosa clase media que no vendió lo suficiente por la supuesta ambibalencia de un discurso mal entendido gracias a la agresividad de la competencia sin clase.
Ahora el mundo (porque esto no es solo una victoria doméstica), sufrirá las consecuencias. No veo señales de aplacar el nuevo Mesías en su brutal plan de imponer al mundo un medelo muy de su particular interés , por encima de la historia y el sentido común.
La parca entonces expande su tufo ahora que la visten de gloria y la justifican en nombre del temor y una seguridad cuya vulnerabilidad se acentúa en la medida que el terror se combate con terror.
No se midieron las consecuencias. Una parte importante de la humanidad o más bien de los ciudadanos de este país muestran un conservadurismo inoperante, rancio y sin sentido pero que es aprovechado de manera eficaz por los negociantes de siempre. Esos insaciables buitres cuyas arcas no están llenas aunque estén repletas, y que no los detiene ni el horror de la muerte.
Esta sabana llamada mundo no necesita de pastores soberbios, irreflexibles e inflexibles, desalmados, desmedidos, deshonestos, tercos y arrogantes. Sí se requiere fuerza pero para ser usada con sabiduría. Mano dura pero bondadosa, capaz de dar latigazos a los mercaderes del templo pero útil para construir la esperanza.
Más, no importa, lo que ahora parece involución no es más que un triste episodio, un tropezón , una leve desgarradura de la piel.
El tiempo muerde lento, pero eficaz. Nada humano es eterno. Y a pesar de la soberbia seguirá corriendo agua bajo los puentes, el sol desnudando mañanas. Seguirá la tierra su irreversible paso hacia la victoria definitiva de la paz. Porque siempre habrá caricias capaces de reinventar la vida.
martes, 29 de enero de 2008
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