Me pregunto ¿En qué contribuye al desarrollo de la comunidad hispana en los Estados Unidos la discusión ensordecedora y sin sentido de una inmigrante colombiana y una venezolana, o una uruguaya y una argentina, por demás sin evidente formación alguna?
¿Cuánto nos enriquece en términos emocional y hasta material si se quiere, tener un panel compuesto por un grupo de personas hablando con estridencias, uno sobre otro y conducido por una moderadora sin sentido de la ética?
Lo hice. Lo soporté por cuarentaycinco minutos hasta que ya no pude más. Se anunciaba un programa donde se expondrían las diferencias entre latinos con relación al tema migratorio. Algo así como poner en evidencia fisuras entre hermanos. Pensé que tenían la intención de buscar un punto medio. Viniendo de donde venía ahora pienso que fui un iluso. Me merezco el sufrimiento.
Como era de suponerse aquello resultó un fiasco, el que tuvo la valentía de verlo sabe que digo la verdad. Al final no hubo conclusiones. Sólo una “cháchara” como la que nos tiene acostumbrado esta señora. Nada de abordar las cosas con seriedad, ni permitir a nadie expresar un idea inteligente.
En conclusión lo mismo, un estruendoso aplauso a quien se refiriera a Fidel como asesino y tirano y a cualquier otro que hiciera lo mismo sobre Hugo Chávez, a quien por cierto, en una actitud irrespetuosa acuso de “ignorante y burro”, toda una delicia.
Cristina Saralegui es una productora de televisión con grandes deudas para con la comunidad. Por razones infinitas. Los dominicanos ya alguna vez le cobraron una. Hagan memoria con relación a los temas tratados y la manera de abordarlos. Aunque muchos digan se trata de un simple espectáculo donde casi siempre son actores, no deja de ser un irrespeto a la inteligencia.
Las situaciones y los temas tratados lejos de ser afrontados con criterio terminan relajados y rebajados sin que la comunidad se haga una idea clara y seria del problema. De ahí la deuda para con su público.
Suerte que desde hace algún tiempo es sólo una vez en la semana y en horario en que mis hijas están durmiendo. De otra forma estuviera preocupado por la salud emocional de estas en caso de que en un descuido de mi parte pudieran tener acceso a tan deplorable espectáculo.
martes, 5 de febrero de 2008
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